Estoy en una relación mutuamente parasitaria con Gilead Sciences por el resto de mi vida y no quiero estarlo.

Esta escultura está hecha de cabello que perdí como efecto secundario de suspender mi tratamiento contra el VIH debido a problemas con mi proveedor de seguros. Aunque solo dejé el tratamiento durante 4 semanas, eventualmente perdí alrededor de 1/4 de mi cabello. Es un pequeño precio a pagar considerando que la condición es fatal sin las píldoras de Gilead. El gobierno de los EE. UU. actualmente paga mi tratamiento anual de $45,000 (gracias a unos increíbles formuladores de políticas de salud pública), sin embargo, el mismo tratamiento cuesta solo varios cientos de dólares en otras partes del mundo. 

El trozo de hielo en esta imagen se asienta sobre una plancha antiplancha, tradicionalmente utilizada para congelar helado enrollado. Con el tiempo, la parte superior del bloque de hielo comienza a derretirse, sin embargo, la parte inferior permanece congelada. Eventualmente, el bloque alcanza un punto de equilibrio en el que deja de fundirse. Esta máquina requiere un suministro constante de energía para evitar que el hielo se derrita. Si se desenchufa, el bloque de cabello y hielo se derrite en un charco en unas pocas horas. Esta es una metáfora visual de la constante energía personal y burocrática que se dedica a las intervenciones de salud pública de por vida necesarias para controlar el VIH, y la devastación que puede resultar de cesar ese esfuerzo.